
El futuro de la
robótica y la Inteligencia Artificial son dos campos estrechamente
relacionados y de ellos va a depender buena parte del futuro del desarrollo de
la humanidad. ¿Qué sabemos de ello hasta ahora?
A día de hoy las
máquinas computacionales jugan un papel muy importante en el correcto
funcionamiento de la sociedad y la industria occidental; sin embargo, en la
mayoría de casos estas máquinas sirven como herramientas que utilizan las personas
para alcanzar un fin, no como una entidad en si mismas.
En un futuro que cada
vez está más cerca, habrá robots con una inteligencia artificial propia que,
sin necesidad de instrucciones directas de personas, se encargarán de
determinadas tareas. Suena muy futurista, pero la realidad es que esto está
mucho más cerca de lo que pensamos. Hablamos de robots que podrán ocupar muchos
puestos de trabajo hasta ahora encargados a humanos, robots que a día de hoy ya
están muy capacitados: ¿el próximo gran paso del progreso?
¿Qué pude hacer, hoy por hoy, un robot?
Aunque hablamos de
algo del futuro, en realidad existen robots ya muy capacitados para trabajar en
el mundo actual. En términos de inteligencia, sabemos que existen IA capaces de
alcanzar el coeficiente intelectual de un niño de 4 años (aunque aún están muy
lejos de alcanzar puntuaciones de adultos) o de superar el examen de acceso a
una universidad japonesa.
Esta inteligencia, en
la práctica, se puede aplicar en cosas tan banales (aunque no por ello poco
significativas) como ganar al campeón del mundo de Go, pero también tiene
aplicaciones prácticas más habituales: este robot, por ejemplo, es un excelente
asistente de enfermería, esta IA es capaz deescribir notas de prensa y el coche
autónomo de Google ya pasa el examen de conducir. Y por supuesto, estos son
solo algunos ejemplos; casi cualquier actividad humana es susceptible de
terminar siendo lograda por un robot tarde o temprano.
Entonces, ¿en qué
trabajaremos?
En un futuro en el
que los robots se encarguen de prácticamente todo el trabajo manual y también
de muchas actividades intelectuales pero procedurales, el mercado laboral
sufrirá un tremendo cambio. Mucha gente vivirá cómo se vuelve prescindible para
su empresa porque un robot puede hacer lo mismo por mucho menos dinero (el de
fabricación y mantenimiento, básicamente).
Sin embargo, en el
futuro también surgirán nuevas oportunidades de trabajo: según el departamento
de empleo de Estados Unidos, un 65% de los trabajos ocupados por personas
dentro de diez años no los conocemos hoy. Lo que sí sabemos es que serán
puestos que requieran de las cualidades más difíciles de imitar por un robot:
creatividad, comunicación, habilidades sociales y síntesis de datos. Por
supuesto, el desarrollo de la IA también será un campo muy ocupado (hasta que
algún día, los mejores desarrolladores de IA sean otras IA).
En cualquier caso, no
todo van a ser puestos de trabajo que pasen del hombre a la máquina, al menos
de momento. Mercedes-Benz, por ejemplo, ha decidido sustituir máquinas por
personas en su cadena de montaje por la flexibilidad que ofrece una persona
frente a un robot.

¿Hay
qué tener miedo?
Es sin duda la gran
pregunta que mucha gente se hace sobre lo que pueden significar los robots para
la humanidad. ¿Deberíamos tener miedo? La respuesta es que no; el miedo es un
freno del desarrollo, perono tener mucho respeto y precaución sería una imprudencia.
Elon Musk, que, por cierto, también está trabajando en inteligencia artificial,
hizo unas muy interesantes declaraciones al respecto (que en realidad sí dan un
poco de miedo, pero que hay que coger dentro de un contexto y una forma de
pensar).
Lo que está claro que
es que crear dese ya robots capaces de matar personas no es ni de lejos el
camino adecuado ni el más prudente.
El debate moral del
futuro de la robótica. También es importante
tener en cuenta todo el debate moral que traerá la inteligencia artificial una
vez esté suficientemente desarrollada. Habrá quien comience a exigir derechos
para los robots como seres inteligentes. Ya hemos visto algunos ejemplos de
esto: DARPA sacó una demostración de sus robots en la que estos eran
reiteradamente empujados y engañados para que se viera qué eran capaces de
hacer. Después de ello, mucha gente protestó por la falta de empatía mostrada
hacia los robots.
Se trata de un tema
muy delicado ya por sí solo, peor lo es más si pensamos su relación con el tema
de las precauciones y el miedo: cuantas más libertades concedamos a los robots,
más riegos correremos de que terminen haciendo algo que no nos convenga nada.
No cabe duda de que
los robots van a ser una pieza clave en el desarrollo y el progreso de la humanidad.
La implantación será difícil y estará llena de polémica, pero si las cosas se
hacen con precaución, será un enorme cambio para bien.
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